Tana fue encontrada en la curva de una carretera, no se movía del lugar, mirando cada coche y esperando que su familia un día volviera a por ella... ¿cómo explicarle que eso nunca ocurriría?
Fue dificil rescatarla, desconfiaba de todo el mundo y se alejaba, asustada, con el rabo entre las piernas.
Ahora vive en una casa de acogida, se porta de maravilla, es muy cariñosa, hace sus necesidades fuera y se lleva genial con otros perros.
Es un encanto de perrita, creemos que no llega al año de edad, y busca un hogar definitivo, donde nunca vuelvan a deshacerse de ella.
Si quieres darle una segunda oportunidad a Tana, escríbenos!
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